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Familia Feng, Buscada es el octavo episodio del Libro Tres: Espíritus Asechando y el episodio 48 en general de Las Aventuras de Kinú: Entre Dos Avatares.

En la imagen, la sala de reuniones del Concejo de los Cinco.

Sinopsis[]

El equipo se separa, y La Familia Feng se encuentra escapando de la Reina Tierra. Pasan 18 meses desde la separación del equipo, los Feng han vivido escapando durante todo ese tiempo, y en este capítulo todo dará un giro repentino. ¿Qué pasará?

Episodio 8: Familia Feng, Buscada[]

Tierra, Fuego, Aire, Agua. Sé que junto a mis amigos, en algún tiempo, surgirán nuevos problemas, y tendremos que juntarnos otra vez, y tener aventuras. Ahora ya surgieron nuevos problemas. Viví mi vida 5 años con paz entre familia y amigos, pero ahora, debo viajar por el mundo llevando paz. Sé que junto a mis amigos, podremos llevar la paz por el mundo... LAS AVENTURAS DE KINÚ: ENTRE DOS AVATARES

LIBRO TRES: ESPÍRITUS ASECHANDO

Anteriormente, el equipo se vio involucrado otra vez con los Igualitarios, e intentaron rescatar a Li Chung, quien luego de una pelea con Lisa, se unió a los Igualitarios otra vez. La familia de Kinú rescató a la de Blas, que se encuentra perseguida por las fuerzas de la Reina Tierra, y juntos, pudieron reunificar a Li Chung al grupo, y rescatar a Rai y a Lisa de las manos de los Igualitarios. El equipo volvió a separarse, la familia de Kinú volvió a la Tribu Agua, y la de Blas no tiene rumbo, no saben a dónde ir. Han pasado varios meses de la separación, y la familia Feng han merodiado por el mundo durante 18 largos meses. ¿Qué les pasará a los Feng? ¿Podrán sobrevivir?

(Comienza el episodio en un bosque de un lugar desconocido, donde dos hombres vestidos de soldados del Reino Tierra están caminando.)

Soldado 1: ¿Qué piensas hacer con el dinero de la Reina?

Soldado 2: ¿No es obvio? Me mudaré a Zaofu a crear una nueva vida. Es una ciudad muy pacífica y protegida.

Soldado 1: Ja, espero que sea fácil encontrar a esos traidores. ¡Seré millonario entonces!

Soldado 2: No creas que será tan fácil. Son expertos en escapar de la ley. (El primero sonríe, y luego siguen caminando.)

Soldado 1: (Mira hacia arriba y ve el Templo Aire del Norte.) Maldita sea, ya estamos en territorio de los Nómades Aire.

Soldado 2: ¿Qué? No deben estar lejos. La última vez que los vieron estaban aquí.

Soldado 1: Deben estar refugiados allí arriba...

Soldado 2: Es imposible, no pueden subir tan fácilmente y en tan pocos días hasta allí. Ya recorrimos toda la zona y no encontramos ni rastro de ellos.

Soldado 1: Y, ¿Qué piensas hacer?

Soldado 2: Volvamos a la base. O llamemos al comandante. Hay que avisarle a la reina que no están aquí.

Soldado 1: Si no los encontramos, la Reina atacará a la Nación del Fuego. Mejor sigamos buscando. No pueden estar tan lejos.

Soldado 2: Está bien. (Luego de unos minutos caminando, escuchan un ruido entre los arbustos y el árbol se mueve.) 

Soldado 1: ¿Qué fue eso?

Soldado 2: Seguro fue un animal.

Soldado 1: Mejor llamo al comandante. (Agarra el woki-toki y lo llama.) Comandante. Ya recorrimos toda la zona. No hay señales de los Feng.

Comandante: Está bien. Le avisaré a la Reina Tierra. (De repente, se escuchan unos gritos y se corta la señal.)

Soldado 1: ¡Aaah!

Comandante: ¡¿Qué pasó?! Oh no.

Soldado 3: ¿Qué sucede comandante?

Comandante: Algo les sucedió a los soldados. Hay que llamar a la Reina Tierra urgentemente.

Soldado 3: ¿Cree que son los Feng?

Comandante: No lo sé, pero hay que estar prevenidos.

(Cambia la escena a la sala del trono del palacio del Reino Tierra.)

Hou-Ting: ¡¿Cómo puede ser que no encuentren a los Feng?! ¡El maldito Comandante me ha estado retrasando para evitar el ataque a la Nación del Fuego y estuve esperando un año para que los encuentren!

Gran Secretario Gun: Tiene razón majestad.

Hou-Ting: ¡Ya me cansé! (Se sienta en el trono.) ¡Llama al comandante y dile que si no los encuentra ya, lo despido!

Gran Secretario Gun: Pero...

Hou-Ting: ¡¿Pero?! ¡¿A qué te refieres con pero?!

Gran Secretario Gun: Su majestad...

Hou-Ting: ¡No me puedes contradecir! ¡Los Dai Li le pertenecen al Reino Tierra! Y los Feng se creen que tienen el poder sobre ellos y los pueden regalar a la Nación del Fuego.

Gran Secretario Gun: Si pero...

Hou-Ting: ¡No me contradigas! ¡Yo tengo razón!

Gran Secretario Gun: Y, ¿Qué piensa hacer, su majestad?

Hou-Ting: Si los Feng no arreglan eso, yo lo arreglaré por mi cuenta. Atacaré a la Nación del Fuego. Y dominaré mis territorios en el Norte.

Gran Secretario Gun: ¿El norte?

Hou-Ting: Sí, el Templo Aire del Norte me pertenece.

Gran Secretario Gun: Pero estamos hablando de otra cosa, su majestad...

Hou-Ting: ¡No me discutas! Y lla... (La interrumpe el teléfono, y mira al Secretario.) ¡No te quedes parado ahí! ¡Atiende!

Gran Secretario Gun: Eh, ¡Sí, su majestad! (Corre hacia el teléfono.) Palacio Real del Reino Tierra, ¿Qué desea?

Comandante: Soy el comandante. Desea comunicarme con la Reina. Tenemos información importante.

Gran Secretario Gun: Sí, comandante. (Suelta el teléfono.) Su majestad, el Comandante desea hablar con usted.

Hou-Ting: ¿Qué quiere?

Gun: Dice que tienen información importante.

Hou-Ting: ¡¿Encontraron a los Feng?!

Gun: (Al comandante.) ¿Encontraron a los Feng?

Comandante: No, pero dos de nuestros soldados fueron capturados.

Gun: Dice que no, pero dos soldados fueron capturados.

Hou-Ting: ¡Córtale! ¡Y dile que está despedido!

Gun: Lo lamento comandante, está despedido.

Comandante: ¿Qué? (Le cortan el teléfono.)

Gun: Y ahora, ¿Quién será el comandante?

Hou-Ting: El nuevo comandante encargado de encontrar a los Feng, será Zung, un viejo amigo mío. Ahora, el ataque a la Nación del Fuego será ejecutado. Iré a hablar con el consejo de los Cinco para organizar el ataque. Quédate esperando a Zung.

Gun: Sí, su majestad. (La reina se levanta del trono y sale.)

(Cambia la escena a un campamento en el bosque, dónde se encuentran Mia, Ken y Wiru, y Mora. Mora está ayudando a Ken a dar sus primeros pasos.)

Mora: Muy bien Ken... Un poco más... (Ken se cae y se rie.) ¡Muy bien! (Lo alza a upa y lo tira para arriba.)

Mia: (Se ríe. Mira a Wiru que está durmiendo. Mira a su alrededor y pone cara triste.)

Mora: ¿Qué pasa, mamá?

Mia: Es que siento que deberíamos dejar de vivir como nómades y buscar un hogar. Hace mucho que estamos vagueando por el Reino Tierra.

Mora: Sí... Tienes razón mamá. Pronto iremos con... (Llegan Blas y Lisa con dos soldados atados.)

Mora: No otra vez...

Lisa: ¡Trajimos información! (Tiran a los soldados al suelo.)

Mia: ¿Por qué tan agresivos?

Blas: Y bueno... No tenemos otra forma de traer información.

Mia: ¡Sí! ¡Tenemos a Ren!

Blas: ¿El halcón mensajero? Mora se lo envió a Tian hace dos meses y todavía no volvió.

Mia: Bueno, pero cuando vuelva nos traerá algo.

Blas: No puede volver, porque Tian y su familia están en la cárcel.

Lisa: Bueno, bueno, basta. Ahora hay que hacer hablar a los soldados. (Desata a uno.) Dime, ¿Qué debemos hacer para que la Reina Tierra nos deje en paz? (Mia se agarra la cabeza.)

Soldado 1: Ustedes ya lo saben. Deben entregarse y arreglar con el Señor del Fuego para que devuelva los Dai Li.

Mia: ¡Ven! ¡Es más de lo mismo! ¡Estuvimos atrapando soldados durante un año y medio y todos nos dijeron lo mismo!

Soldado 1: ¿Por qué no se entregan y ya? (Blas le pega y lo noquea.)

Mia: ¡Blas!

Blas: No nos podemos entregar, no quiero que mi familia se pudra en la cárcel. (Se sienta.)

Mia: Pero si no lo hacemos, nos pudriremos aquí. (Se sienta al lado de Blas.) No podemos seguir viviendo como salvajes, necesitamos un hogar. (Se quedan callados.)

Mora: ¿Por qué no simplemente vamos a hablar con la Reina y solucionar las cosas?

Blas: Nos arrestarán apenas entremos al Palacio.

Mia: ¡Entreguémosnos! ¡No hay otra opción! Ken y Wiru no pueden seguir viviendo así. (Lisa se enfurece por la discusión y sale corriendo.)

Blas: Podríamos refugiarnos en el Templo Aire del Norte.

Mia: No podemos subir. (Se quedan callados otra vez.) ¡Blas! ¡Piensa! ¡Toda la Nación del Fuego está en peligro por nuestra culpa!

Blas: Pero es con razón, los Dai Li me protegieron por ser el nieto de los Feng, y yo, con un buen corazón, se los entregué a Zuko porque necesitaban protección.

Mia: Pero pertenecen al Reino Tierra. (Se quedan discutiendo. Mora se va caminando para ir con Lisa. Lisa, está sentada a la orilla de un pequeño lago. Para arriba se ve el Templo Aire del Norte. Lisa está mirando desolada hacia el agua. Lisa suspira. Llega Mora.)

Mora: Tía... ¿Qué pasa? (Se sienta al lado de Lisa.)

Lisa: Nada Mora. Estoy bien...

Mora: No parece...

Lisa: Es que extraño a Li... No se que le estará pasando. No se si estará pensando en mí. Si se olvidó... Si sigue pensando como Igualitario...

Mora: Cálmate, Lisa... Seguramente el te extraña tanto como tú a él... (De repente, un Halcón mensajero se acerca a ellas. Es Ren.)

Mora: (Ve a Ren y se levanta.) ¿Ren? (Camina un poco y el halcón se le para en el brazo. Lisa se para a verlo.) Te extrañe tanto. Sabía que volverías. (Lo acaricia.)

Lisa: Mira Mora, tiene una carta. (Mora la saca y la empieza a leer.)

¡Mora! Gracias por preocuparte por mí. Lamentablemente, sabrás que no tenemos refugio para ustedes. Estamos en la cárcel junto a mi familia. La verdad es que aquí no la pasamos bien, pero fue todo por ustedes. Se merecen la libertad. Yo también te extraño mucho, y espero algún día volver a verte. Pero tengan cuidado, la Reina Tierra está por empezar el ataque, deben hacer algo ya. Perdón por no poder escribirte mucho, no tengo tiem... (Desde esa parte, la carta esta borroneada y no se entiende.)

Mora: Oh no, no puedo entender lo que dice. (Mira a Lisa.) ¡Y si lo descubrieron! ¡Es por nuestra culpa que están allí!

Lisa: Morita, cálmate. No les pasará nada, estarán bien...

Mora: ¡Si nosotros no estuvieramos prófugos por los delitos de papá y del abuelo, ellos estarían mejor!

Lisa: Pero...

Mora: Tía, mi mamá tenía razón. Papá sólo intentó cerrarnos los ojos, estuvimos viviendo como nómadas por 1 año por su culpa.

Lisa: Mora, no podemos hacer nada, tu padre sólo quiere el bien para nosotros, si no fuera por él, estaríamos en la Cárcel.

Mora: ¡Prefiero estár allí que quedarme de brazos cruzados! (Sale corriendo hacia el bosque.)

Lisa: ¡Mora! ¡No! (Sale corriendo detrás de ella.)

(Mientras tanto, en el Palacio Real, la reina Hou-Ting se junta con el Consejo de los Cinco.)

Hou-Ting: (Entra a la sala, dónde un mapa gigante del mundo está en la mesa. A diferencia de su aparición en la leyenda de Aang, está marcada en gris la República Unida, y con puntos rojos, las ciudades de la República Unida que todavía son leales a la reina.) ¡Generales!

Generales: Sí, ¡Majestad! (Todos se levantan.)

Hou-Ting: He esperado mucho este momento. El comandante a cargo de la búsqueda de los Feng me ha estado retrasando por un año, prometiendome de que atraparía a los traidores, y así ellos arreglarían el dilema de los Dai Li. Pero ya espere, mucho, y lo despedí. Entonces, el ataque es inminente. Quiero que busquen una estrategia para atacar a la Nación del Fuego, y así recuperar a los Dai Li. Escucho sus propuestas.

General Hong: Sí me permite, mi reina, pienso en atacar a la Nación del Fuego directamente. (Señala en en el mapa.) Entramos directamente hacia la Bahía con muchas fuerzas, destruimos las Puertas de Azulon e invadimos la ciudad.

Hou-Ting: Sí...

General Tom: ¿No piensa en las fuerzas del Señor del Fuego? Yo pienso en ir más pacíficamente, y arreglar con la Reina.

Hou-Ting: Que plan más patético, general. Está despedido. (Dos soldados toman al General Tom de los brazos y lo sacan de la sala.) Las fuerzas del Señor del Fuego deben ser inútiles, y más todavía sin los Dai Li. Ustedes tres... (Señala a los tres generales que no opinaron.)

Generales: ¡Si, su majestad!

Hou-Ting: Se salvaron. No los despediré. Pero para la próxima quiero que opinen.

General Yeng: Yo pienso que...

Hou-Ting: ¡Silencio! Ya se acabó el tiempo, no pueden opinar. Ejecutaremos el plan del General Hong. Ahora... (Interrumpe el Secretario Gun, que entra a la sala.)

Gun: Su majestad...

Hou-Ting: ¿Cómo osas interrumpirme?

Gun: Lo lamento, el nuevo comandante está en la puerta.

Hou-Ting: Sólo dile que ya puede ir a su puesto en el norte. El ataque a la Nación del fuego no será evitado.

Gun: Sí, su majestad. (Se va y se quedan los generales callados.)

Hou-Ting: ¿Qué están esperando? Preparen las tropas, partirán para la Nación del Fuego al amanecer.

Generales: ¡Sí, majestad!

(Cambia la escena al anochecer. En el campamento, Blas está pensativo, mirando la fogata. Mia está dentro de la carpa junto a Ken y Wiru.)

Lisa: (Llega muy cansada y nerviosa.) ¡Blas!

Blas: ¿Qué pasó?

Lisa: Mora se fue, estoy segura de que se entregará a las fuerzas de la reina.

Blas: ¡¿Cómo?!

Mia: (Sale de la carpa.) ¿Qué pasa?

Blas: Mora se entregó.

Mia: ¡¿Qué?! ¡No puede ser!

Lisa: Nos llegó una carta de Tian, de que estaban en la cárcel. Ella se enojó, dijo que si no fuera por nosotros ellos no estarían sufriendo. Nos echó la culpa de que estuvieramos viviendo cómo prófugos y se fue corriendo. La perseguí pero la perdí de vista.

Mia: Tiene razón. ¡No ves, Blas!

Blas: ¡Mia! ¡Ya te dije que es por nuestro bien!

Mia: ¿Bien? ¿Te parece que vivir en un campamento está bien? Necesitamos un hogar...

Blas: La cárcel no es un hogar.

Mia: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que nos pondrá presos? Debemos intentarlo. Ir a hablar con la Reina y resolver el problema de los Dai Li. Debemos actuar, después de tanto tiempo...

Lisa: Lo siento Blas, pero Mia tiene razón, se que lo único que deseas es cuidarnos, pero tenemos que actuar... (Blas no dice nada.)

Mia: Qué dices, amor...

Blas: Está bien. Disculpenme, sólo quería proteger a mi familia.

Mia: Te entiendo, pero debemos movernos ya. Debemos encontrar a Mora, y si no es posible, debemos ir a Ba Sing Se.

Blas: Está bien... (Mia se le acerca y lo besa. Luego Blas se para y se ponen a levantar el campamento.)

(Cambia la escena al medio del bosque. Mora está perdida, sola.)

Mora: ¡Soldados! (No se escucha nada.) ¡Soy Mora! ¡Mora Feng! Ya estoy cansada de cómo vivo, quiero que me capturen. Quiero hablar con la reina, quiero ver a Tian y a su familia. (Sigue caminando en medio del silencio.) Por favor, ¡Llévenme! (Sigue caminando durante minutos. Cuando ve a dos soldados desmayados en el suelo, contra un árbol.) Al fin... (Se agacha y los ve. Empieza a golperlos lentamente.) Despierten... (Les pega cada vez mas fuerte.) Dios... (De repente, un bloque de tierra empuja a Mora contra el árbol y se golpea la cabeza.) ¡Aah! (Unos soldados se le acercan, le tapan la boca y se la llevan. Uno de ellos saca un woki-toki y habla.)

Soldado 3: Llamando a todas las tropas. Capturamos a una Feng. Repito, capturamos a una Feng.

(Cambia la escena al palacio, al otro día, dónde la Reina Tierra mira desde un balcón toda la armada lista para salir hacia el puerto y zarpar hacia la Nación del Fuego.)

Hou-Ting: Al fin, algo de caos, algo de guerra... (La Reina suspira y se calma, cierra los ojos. De repente llega Gun.)

Gun: Majestad.

Hou-Ting: (Abre los ojos.) ¿Otra vez interrumpiendo, Gun? Tiene que ser importante.

Gun: Sí, majestad. Los soldados capturaron a la más pequeña de los Feng. La están trayendo hacia aquí.

Hou-Ting: Perfecto, me ha alegrado el día, secretario...

(Cambia la escena a un gran pastizal. Blas y su familia se encuentran sobre una plataforma de tierra, viajando hacia Ba Sing Se. Blas mira el horizonte, pensativo y un poco triste. A Mia se le caen las lágrimas con sólo pensar en Mora.)

(Final del episodio. Creado por Rambor (discusión) 03:19 3 oct 2016 (UTC).)

Personajes

Personajes Principales[]

Personajes Secundarios[]

Personajes Menores[]

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